La riqueza de las naciones

De todas las empresas costosas e inciertas que desatan la bancarrota sobre la mayor parte de las personas que las acometen, quizás la más absolutamente ruinosa es la búsqueda de nuevas minas de plata y oro. Es quizás la lotería más desventajosa del mundo, aquella en la que la ganancia de quienes obtienen los premios guarda la menor proporción con la pérdida de quienes no obtienen nada. Los premios son pocos, los billetes sin premio son muchos, y el precio normal de un billete es toda la fortuna de un hombre considerablemente rico. Las empresas mineras, en vez de reponer el capital invertido en ellas, junto con los beneficios corrientes, generalmente absorben tanto el capital como los beneficios. En consecuencia, son unas empresas que el legislador prudente que desea incrementar el capital de su país nunca seleccionará para concederles ningún estímulo extraordinario o para desviar hacia ellas una cuota mayor de capital que la que naturalmente recibirían de forma espontánea. En realidad, la absurda confianza que casi todas las personas tienen en su buena suerte es tal que toda vez que exista la más mínima probabilidad de éxito es probable que acuda a ellas espontáneamente un capital de todas formas excesivo.




eXTReMe Tracker