El Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Quizás, dentro de media hora, cuando encarne de nuevo y para siempre a ese ser odiado, sé que me pondré a llorar y a temblar en mi sillón, o que volveré a pasear de arriba abajo por esta habitación (mi último refugio en esta tierra) escuchando cada ruido en un paroxismo de miedo, pegando desesperadamente el oído a cualquier sonido de amenaza. ¿Morirá Hyde en el patíbulo? ¿encontrará, en el último instante, el valor de liberarse? Dios lo sabe, a mí no me importa. Esta es la hora de mi verdadera muerte. Lo que venga después pertenece a otro.

Y así, posando la pluma, cerrando esta confesión mía, pongo fin a la vida del infeliz Henry Jekyll.

FIN







eXTReMe Tracker