-Sí. Los dos ejércitos se hallaban cerca de Salisbury. Gawain..., por cierto, su cabeza se encuentra cerca del castillo de Dover, pues cayó en esa batalla... Bueno, Gawain se le apareció a Arturo en un sueño, por lo menos su fantasma lo hizo, y le advirtió que debía abstenerse de combatir durante un mes, costase lo que costase esa prórroga. Pero los acontecimientos se precipitaron a raíz de un accidente y se entró en batalla. Veréis, Arturo había dado orden de que si una espada se desenvainaba durante las consultas con Mordred sobre el tratado propuesto se hicieran sonar las trompetas y de inmediato se pasase al ataque, ya que no confiaba en él. Por su parte, Mordred había impartido una orden similar a los suyos. Pues bien, de improviso una serpiente picó a uno de los caballeros en el talón, y éste, sin recordarla orden, sacó la espada y la blandió contra la serpiente. No alcanzó a pasar un minuto antes de que las dos huestes prodigiosas se acometiesen con gran estrépito. Todo el resto del día lo emplearon en hacer una carnicería. Entonces el rey..., ah, pero esperad, desde que os marchasteis hemos comenzado algo nuevo, quiero decir, el periódico ha comenzado algo.
-¡No me digas! ¿Qué es? -¡Corresponsalías de guerra! -¡Recórcholis! Me parece estupendo.