La piedra cansada

KAURA: —Yo también, he oído, al amanecer, cantar o llorar al que pasó… No fue una visión… (Ocultando el rostro y destrozando algunas hojas de las que la adornan). El padre se pregunta si era canto o era lloro, pero sé yo que era un canto que lloraba y un llanto Que cantaba, voz arrobadora que ha dejado en mis oídos un rastro inefable…

MAMA PAYO, apareciendo por el foro: —No es bueno, criatura, quedarse sola con el dolmen este día. Las almas de los antepasados cruzan bajo la tierra tutelar, imperceptibles, de puntillas, y si los seres que amaron mucho en este mundo exhalan en torno de la virgen núbil perfumes bienhechores, los hay, aquellos que habitó el odio en la tierra, que la asedian con hechizos infernales. Ven… Vámonos… Prudencia, criatura… (Mama Payo la toma del brazo y las dos se van por el foro. Pausa… Angustiado, aparece Tolpor, ¿en busca de Kaura? Escucha, torna, espera; y otra vez torna, escucha… Silencio y sólo silencio… Caviloso, triste, lento, se aleja, desaparece).

TELON



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