El faro del fin del mundo

Cuatro días después, el segundo, Riegal, que visitaba la costa meridional en los alrededores del cabo Webster, descubría cinco cadáveres, entre los cuales Vázquez pudo reconocer a dos de los chilenos de la banda. Los restos que se encontraron en sus inmediaciones atestiguaban que habían tratado de alimentarse de pescados y de crustáceos; pero por ninguna parte se descubrían carbones ni cenizas, siendo evidente que no se habían podido procurar lumbre.

En fin, en la tarde del siguiente día, un poco antes de ponerse el sol, un hombre apareció en medio de las rocas que bordean la caleta, a menos de quinientos metros del faro. Estaba casi en el mismo sitio desde donde Vázquez y John Davis habían estado en observación la víspera de la llegada del “aviso”. Este hombre era Kongre. Vázquez que se paseaba con los nuevos torreros, le reconoció enseguida y exclamó: —¡allí está! ¡Allí esta! 

Al oír este grito acudió el comandante Lafayate con su segundo. John Davis y algunos marineros se habían lanzado en su persecución, y todos pudieron ver la silueta de aquel jefe, único superviviente de la banda que mandaba.

¿Qué venía a hacer en aquel lugar? ¿Por qué se mostraba tan sin reserva? ¿Era su intención rendirse?...

eXTReMe Tracker