Las Indias Negras

James Starr no se hallaba muy tranquilo. ¿Encontraría al hijo de Simon Ford en el lugar de la cita? El ingeniero lo sabía por propia experiencia: los mineros, acostumbrados a la calma de las profundidades terrestres, afrontan más dificultosamente que los campesinos o los obreros, los inconvenientes atmosféricos. De Callander al pozo Yarow había unos siete kilómetros de distancia Eso quizás podía hacer llegar tarde al hijo del viejo capataz. De cualquier manera lo que más inquietaba al ingeniero era la contradicción que había entre la primera y la segunda carta. Esta era su mayor preocupación...

En todo caso, si Harry Ford no le aguardaba a la llegada del tren, en Callander, James Starr estaba resuelto a dirigirse solo a la mina Dochart, y si fuera necesario, al pueblo de Aberfoyle. Allí tendría sin duda noticias de Simon Ford.

En tanto el "Príncipe de Gales" continuaba recibiendo fuertes golpes de agua. No se veía ninguna de las costas del río, y tampoco había trazas del pueblo de Crombie, ni de Torry-house, Newmills o Carridenhouse, sobre la margen derecha. El pequeño puerto de Bowness, el de Grangemouth, ubicado en la desembocadura del canal de Clyde, desaparecían en medio de la húmeda neblina. El “Príncipe de Gales" se detuvo en el embarcadero de Alloa para que bajaran algunos pasajeros.

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