Las Indias Negras

James Starr sintió el corazón oprimido al pasar, tras diez anos de ausencia, cerca de esa pequeña población donde se explotan importantes hulleras, que mantiene a una gran población de trabajadores. Su imaginación le arrastraba a ese subsuelo, que el pico de los mineros cavaba provechosamente. Estas minas de Alloa, contiguas a las de Aberfoyle, continuaban enriqueciendo el condado, mientras que los yacimientos vecinos, agotados por tantos años de explotación, ¡no podían mantener a un solo obrero! ...

El barco, abandonando Alloa, se introdujo en los innumerables recovecos que dibuja el Forth a lo largo de diecinueve millas. Navegando lateralmente a los grandes árboles de ambas orillas, avistó

un claro, donde aparecieron las ruinas de la abadía de Cambuskenneth, un edificio del siglo XII. Más adelante se cruzó con el castillo de Stirling y el "burgo real" de ese nombre, donde el Forth atravesado por dos puentes, deja de ser navegable para los navíos de gran arboladura. Apenas el "Príncipe de Gales" atracó, el ingeniero saltó a tierra. Cinco minutos mas tarde llegaba a la estación de Stirling. Y una hora después descendía del tren en Callander, importante población situada sobre la margen izquierda del Teith.

Allí, frente a la estación, esperaba un joven, que al ver al ingeniero caminó hacia él.

Era Harry, el hijo de Simon Ford.

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