Las Indias Negras

El suelo de los continentes, todavía mal fijado, se cubrió' pues de forestas enormes, aprovechando la abundancia de ácido carbónico, que es tan conveniente para el desarrollo del reino vegetal. Los bosques estaban formados por árboles monstruosos, sin flores ni frutos, que pertenecían a la familia de las criptógamas en su mayor parte. Abundaban los licopodios gigantescos, de más de veinticinco metros de altura, con troncos de un metro de diámetro, y otras especies mayores aun, que no encuentran parangón en la flora moderna. Estos árboles hundían sus raíces en una especie de inmensa laguna, mezcla de aguas dulces y salada, y asimilaban ávidamente el carbono que sustraían lentamente de la atmósfera, funcionalmente inadecuada para la vida animal. Parecería que dichos vegetales estaban destinados simplemente a almacenar, bajo la forma de hulla, el carbono  atmosférico. En efecto. Esa era la época de los temblores de tierra, debidos a las convulsiones interiores y a los trabajos plutónicos, que modificaban súbitamente el trazado todavía incierto de la corteza terrestre. Se formaban de tal manera líneas que se transformaban en montañas; se producían hundimientos que terminaban por originar grandes mares y océanos.

En esos movimientos selvas integras se sumían en las profundidades de la tierra, hasta alcanzar un punto de apoyo, donde permanecían depositadas.

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