París en el siglo XX

-¡Sí! -exclamó en seguida Quinsonnas, cerrando el piano con furia-. Y después de él, nada. Quién lo va a comprender ahora. Basta, hijos míos, basta de regresos al pasado. Soñemos en el presente. ¡Que la industria recobre su imperio!

Y diciendo esto, tocó el instrumento, el teclado bajó y dejó ver una cama preparada y un toilette provisto de diversos utensilios.

-Miren bien lo que es capaz de inventar nuestra época: ¡Un piano-cama-cómoda-toilette!

-Y mesa de noche -agregó Jacques. -Como dices, querido. ¡Está completo!

 

 

CAPÍTULO IX

Una visita al tío Huguenin

 

Los tres jóvenes se hicieron muy amigos después de esa velada memorable; constituían un pequeño mundo aparte en la vasta capital de Francia.

Michel pasaba los días en el Libro Grande; parecía resignado; sólo le faltaba visitar al tío Huguenin para ser feliz; con él se habría sentido dentro de una verdadera familia: el tío sería su padre y los dos amigos, sus hermanos mayores. Solía escribir al viejo bibliotecario y éste le contestaba lo mejor que podía.

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