Reseña de Las ratas están locas
Fue una extraña invitaciĂłn. Al principio, era imposible imaginar su verdadera naturaleza. En realidad, hubiera sido imposible aun despuĂ©s, llegar a suponer lo que se ocultaba tras ella. Era algo rara, eso sĂ. Pero por el momento, nada más.Cuando recibĂ el tarjetĂłn dentro de su sobre lacrado, pensĂ© en cualquier otra cosa menos en lo que realmente era. Un amigo mĂo iba a casarse pronto, y no habĂa concretado aĂşn la fecha. ImaginĂ© que serĂa el anuncio de su boda. O algo parecido.AbrĂ el sobre con la indiferencia habitual en la tarea, ya que uno es un periodista que igual escribe de sucesos que de polĂtica o ecos de sociedad, además de emprender largos viajes en busca de la noticia, como corresponsal. Por regla general, era invitado tantas veces, que la mayor parte de esas invitaciones quedaban olvidadas por completo, o asistĂa un interino en mi lugar.Mi primera sorpresa fue cuando empecĂ© a leer el tarjetĂłn impreso.Su texto era sorprendente..