El palacete de los Walden era digno de verse.La imaginación, allÃ, se quedaba corta.De pelÃcula, si.Los terrenos propiedad de la dinastÃa comenzaban en el desvÃo situado 15 millas al norte de la carretera Los Angeles-Santa Mónica-Santa Bárbara, en el interior de una zona de agreste vegetación.En plena jungla, podÃa decirse.