Reseña de Yo, Drácula
Las manos se alzaron.ParecĂa como si se movieran lentamente.Pero en realidad no era asĂ. El gesto fue fulminante. Kramer tuvo oportunidad de comprobarlo porque en seguida las encontrĂł en su cuello.Los dedos eran largos y duros.ParecĂan de acero.Kramer apenas pudo balbucir:?Noooo?Una boca ávida y experta fue hacia el lado izquierdo de su cuello. El viejo borracho no supo defenderse. Las fuerzas le fallaban. Todo seguĂa dando vueltas en torno suyo.Y entonces se dio cuenta de la horrible verdad.Nunca lo habĂa sospechado, cuando aquel ser le hablĂł del asunto en una sucia taberna de Bucarest. HabĂa pensado que era un asunto de contrabando. Nunca llegĂł a intuir la terrible realidad.Pero ahora lo veĂa claro.Estaba sirviendo de alimento a un vampiro.