Como ocurre a quien sueña su desgracia,
que soñando aún desea que sea un sueño,
tal como es, como si no lo fuese,
así yo estaba, sin poder hablar,
deseando escusarme, y escusábame
sin embargo, y no pensaba hacerlo.
«Falta mayor menor vergüenza lava
—dijo el maestro—, que ha sido la tuya;
así es que ya descarga tu tristeza.
Y piensa que estaré siempre a tu lado,
si es que otra vez te lleva la fortuna
donde haya gente en pleitos semejantes:
pues el querer oír eso es vil deseo.»