La Divina Comedia

y dos de ellos, en forma de emisarios,

corrieron hacia mí y me preguntaron:

«Haznos saber de vuestra condición»

Y mi maestro: «Bien podéis marcharos

y a aquellos que os mandaron referirles

que el cuerpo de éste es carne verdadera.

Si al contemplar su sombra se pararon,

como yo creo, baste la respuesta:

hacedle honor, que acaso os aproveche.»

Tan rápidos vapores encendidos

no vi rasgar el cielo en plena noche,

ni las nubes de agosto en el ocaso,

como aquellos a lo alto se volvieron,

y junto a los demás dieron la vuelta,

como un tropel sin freno hacia nosotros.

«Mucha es la gente que a nosotros viene,

y te quieren rogar —dijo el poeta—:

mas sigue andando, y caminando escucha.»

«Oh alma que caminas con aquellos

miembros con que naciste, a ser dichoso,

—se acercaban gritando— aquieta el paso.

Mira si a alguno de nosotros viste,

para que de él allí noticias lleves:

¡Ah!, ¿por qué sigues? ¡Ah!, ¿por qué no paras?

Todos muertos violentamente fuimos,

y hasta el último instante pecadores;

eXTReMe Tracker