Y si aquel santo evangélico texto
que dice necque nubent, entendiste,
comprenderás por qué hablo de este modo
Ahora vete, no quiero que te pares
más, pues turbas mi llanto con tu estancia,
con el cual se madura lo que has dicho.
Tan sólo una sobrina, Alagia, tengo,
buena de suyo, si es que nuestra casa
no la haya hecho a su ejemplo malvada;
y ésta tan sólo de allí me ha quedado.»