Mas para que el deseo se te aquiete,
aquí está Estacio; y yo le llamo y pido
que sea el curador de tus heridas.»
«Si la visión eterna le descubro
—repuso Estacio—, estando tú delante,
el no poder negarme me disculpe.»
Y después comenzó: «Si mis palabras,
hijo, en la mente guardas y recibes,
darán luz a aquel "cómo" que dijiste.
La sangre pura que no es absorbida
por las venas sedientas, y se queda
cual alimento que en la mesa sobra,
toma en el corazón a cualquier miembro
la virtud de dar forma, como aquella
que a hacerse aquellos vase por las venas.
Digerida, desciende, donde es bello
más callar que decir, y allí destila
en vaso natural sobre otra sangre.
Allí se mezclan una y otra juntas,
una a sufrir dispuesta, a hacer la otra,
pues que procede de un lugar perfecto;
y una vez que ha llegado, a obrar comienza
coagulando primero, y avivando
lo que hizo consistente su materia.
Alma ya hecha la virtud activa
cual de una planta, sólo diferente
que una en camino está y otra ha llegado,