el vivir que es carrera hacia la muerte.
Y ten cuidado, cuando lo relates,
y no olvides que has visto cómo el árbol
ha sido despojado por dos veces.
Cualquiera que le robe o que le expolie,
con blasfemias ofende a Dios, pues santo
sólo para su uso lo ha creado.
Por morder de él, en penas y en deseos
el primer ser más de cinco mil años
anheló a quien en sí purgó el mordisco.
Tu ingenio está dormido, si no aprecia
por qué extraña razón se eleva tanto,
y tanto se dilata por su cima.
Y si no hubieran sido agua del Elsa
los vanos pensamientos por tu mente,
y el placer como a Píramo la mora,
solamente por estas circunstancias
la justicia de Dios conocerías,
moralmerite, al hacer prohibido el árbol.
Mas como veo que tu inteligencia
se ha hecho de piedra, y empedrada, oscura,
y te ciega la luz de mis palabras,
quiero que, si no escritas, sí pintadas,
dentro de ti las lleves por lo mismo
que las palmas se traen en los bordones.»
Y yo: «Como la cera de los sellos,
donde no cambia la figura impresa,