Corazón

Soberbia

Sábado, 11

¡Y pensar que Carlos Nobis se limpia con afectación la manga cuando le toca Precossi al pasar! Es la soberbia personificada, y todo porque su padre es un ricachón. ¡También es rico el padre de Derossi! Carlos desearía tener un banco para él solo; teme que todos lo ensucien, mira a los compañeros por encima del hombro y siempre tiene a flor de labios una sonrisa de desdén. ¡Ay si se le pisa un pie cuando salimos en fila de dos! Por nada lanza al rostro una palabra injuriosa o amenaza con hacer venir a su padre a la escuela. ¡Y cuidado que su padre le regañó cuando trató de andrajoso al hijo del carbonero! Nunca he visto semejante altanería. Nadie le habla ni se despide de él a la salida, ni hay quien le apunte lo más mínimo cuando no se sabe la lección. El no se interesa por nadie, y finge despreciar a todos, en especial a Derossi, por ser el primero, y luego a Garrone porque todos le quieren. Pero Derossi ni siquiera repara en él, y en cuanto a Garrone, cuando le dijeron que Nobis hablaba mal de él, contestó:

—Me importa un higo ese orgulloso tonto. A decir verdad ni merece que le toque, ni siquiera con mis puños.

El mismo Coretti, un día que se burlaba de su gorra de piel de gato, llegó a decirle:

—Vete con Derossi para aprender a tener educación.

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