Lunes, 13
EL niño que vivía en el patio de la verdulera, de primero superior, compañero de mi hermanito, ha muerto. La maestra Delcati se presentó muy afligida el sábado por la tarde para comunicar a mi maestro la triste noticia, e inmediatamente se ofrecieron Garrone y Coretti para llevar el ataúd.
Era un excelente muchachito que la semana última se había ganado la medalla. Quería mucho a mi hermanito y, como prueba de su amistad, le regaló una hucha rota; mi madre le acariciaba siempre que lo encontraba. Llevaba un gorro con dos listas de paño rojo. Su padre es mozo de estación.
Ayer tarde, domingo, fuimos a las cuatro y media a su casa para acompañarle hasta la iglesia. Viven en la planta baja. En el patio había ya muchos chicos de primero superior con sus madres y velas en las manos, cinco o seis maestras y algunos vecinos.
La maestra de la pluma roja y la señora Delcati entraron en la vivienda, y las veíamos llorar por una ventana abierta; también se oían los fuertes sollozos de la afligida madre del niño. Dos señoras, madres de compañeros del muerto, habían llevado guirnaldas de flores.