Miércoles, 5
COMO quiera que continúa haciendo un tiempo espléndido, nos han hecho pasar los aparatos de gimnasia desde la sala al jardÃn.
Garrone estaba ayer en el despacho del señor Director cuando llegó la madre de Nelli, la rubia señora vestida de negro, para rogarle que dispensara a su hijo de los nuevos ejercicios. Cada palabra le costaba un esfuerzo, y hablaba teniendo una mano sobre la cabeza de su hijo.
—No puede… —dijo al Director.
Sin embargo Nelli se mostró muy contrariado ante la posibilidad de quedar excluido de dichos ejercicios y sufrir una humillación más…, por lo que dijo a su madre:
—Ya verás, mamá, que soy capaz de hacer lo que otros.
Su madre le miraba en silencio, con aire de compasión y de afecto. Después dijo algo cavilosa:
—Me dan miedo sus compañeros…
QuerÃa decir que temÃa se burlasen de él. Pero Nelli le replicó:
—No me importa nada… Además, está Garrone. Basta que él no se burle.
Entonces consintieron que fuese a la clase de gimnasia.