La historia de Simbad el marino

La segunda historia de las historias de Simbad el marino, que trata del segundo viaje

Verdaderamente disfrutaba de la más sabrosa vida, cuando un día entre los días me asaltó la idea de los viajes por las comarcas de los hombres; y de nuevo sintió mi alma con ímpetu el anhelo de correr y gozar con la vista el espectáculo de tierras e islas, y mirar con curiosidad cosas desconocidas, sin descuidar jamás la compra y venta por diversos países.

Hice hincapié en este proyecto, y me dispuse a ejecutarlo en seguida. Fui al zoco, donde, mediante una importante suma de dinero, compré mercancías apropiadas al tráfico que pretendía explotar; las acondicioné en fardos sólidos y las transporté a la orilla del agua, no tardando en descubrir un navío hermoso y nuevo, provisto de velas de buena calidad y lleno de marineros, y de un conjunto imponente de maquinarias de todas formas. Su aspecto me inspiró confianza, y transporté a él mis fardos inmediatamente, siguiendo el ejemplo de otros varios mercaderes conocidos míos, y con los que no me disgustaba hacer el viaje.




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