… Es para volverse loco, querido Helmut. Aquí se puede escribir ahora y uno no sabe a quién. Miles de pobres diablos que están echados en las trincheras de primera línea y que no tienen siquiera el pensamiento de una suerte tal, me envidiarían y darían por ello la soldada de todo un año. Hace un año, tú y yo nos sentábamos en Jüterborg y estudiábamos mecánicamente «ciencia bélica» y ahora estoy sentado en medio de la inmundicia y no sé qué hacer con tanta cosa absolutamente inútil. A los demás les ocurre aquí exactamente lo mismo. Es una situación de lo más estúpida. Si lees casualmente el nombre «Zaritza» en el Boletín CK-W, podría darse el caso de que, por una vez, dijeran la verdad y de paso sabrías donde me encuentro. ¿Vivimos nosotros en la Luna, o sois acaso vosotros los que habitáis en este satélite? Estamos con 200 000 hombres metidos en la inmundicia; todo alrededor, sólo hay rusos y no podemos decir que estamos cercados, totalmente cercados y sin esperanza.