… Mi vida no ha cambiado en nada, es como hace diez años, está bendita por las estrellas y se mantiene aislada de los hombres. No tenía ningún amigo, tú lo sabes, porque los hombres no querían saber nada conmigo. Yo era feliz cuando miraba al cielo con el telescopio y contemplaba el mundo estelar, y dichoso como un niño que puede jugar con las estrellas.