Garrone se mantenÃa rÃgido, solemne; le gustaban los tÃtulos universitarios y la conversación protocolar. Si alguien necesitaba un permiso especial para salir lo obtenÃa fácilmente si después de decirle muchas veces "Doctor", "Arquitecto" o "Ingeniero", le pedÃa un consejo paternal, rogándole la posibilidad de la salida. O bien le decÃan: Dr. Garrone: "Ud. que es tan gaucho y nos comprende tanto a los jóvenes, hágame una gauchada: ¡me espera una chica!". En estos casos se cuadraba, señalaba la puerta con el Ãndice y exclamaba con voz grave: "¡Paso a la juventud!".
Hubo una huelga bastante revoltosa; y en determinado momento una parte de los promotores quiso entrar. Entonces Garrone se clavó frente a la puerta gritando con energÃa: "¡Me empujarán, me atropellarán, me desnudarán, pero no entran!".
Efectivamente: nadie entró.
Semejábasele en su tolerancia y comprensión, el encargado de la planta alta, un poco más grueso, menos nervioso y movedizo en sus gestos, pero también buy bueno. Usaba cuellos altos, almidonados, de punta redondeada y moño negro grande, caÃdo; por su cabellera negra salpicada de canas y sus marcadas ojeras, aparentaba más edad. Le apasionaban las palabras grandilocuentes, los apotegmas, los pensamientos metafÃsicos y los gestos teatrales y ampulosos.