La barra de los tres golpes

Frente al hogar del desagraviado suspendióse el tránsito y otros discursos expresaron pleno apoyo a su gestión. Agradeció el homenajeado con elocuentes expresiones impregnadas de auténtica emoción.

El hecho nos impresionó vivamente. Entrábamos en problemas domésticos de la Universidad, institución que contemplábamos con, veneración, sin sospechar jamás que los profesores de la más alta casa de estudios no reuniesen, además de profunda capacidad técnica, una extraordinaria personalidad moral y una conducta ejemplar.

La reivindicación de un Maestro como Ricardo Rojas significaba sin duda la consumación de un acto de estricta justicia y la demostración evidente de la supervivencia de las fuerzas morales. Pero al mismo tiempo quedaba en nuestras mentes la noción de que el cuerpo de profesores de las Facultades no estaba totalmente integrado por personas espiritual y moralmente ubicadas la altura de su misión.

El tiempo dio oportunidad de conocer más a fondo las fallas de este orden y cómo la representación estudiantil ejercía saludable. influencia en el gobierno universitario. Comenzamos a comprender también el gran valor de maestros argentinos como José Ingenieros, Aníbal Ponce, Alejandro Korn, Alfredo L. Palacios y muchos otros, cuyo espíritu heroicamente civil constituía el ejemplo de una dignidad, una conducta y una rectitud puestas al servicio de una lucha incansable por el ideal.

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