La barra de los tres golpes

Transitoriamente fue reemplazado el Dr. Coletti por el doctor González Galé, hijo del eminente catedrático de matemáticas en la Facultad, parecido al padre no sólo físicamente, sino también en la inmensa simpatía que irradiaba y el afecto con que atendía a los alumnos. No fue raro, pues, que éstos le solicitaran una noche que en lugar de dedicar tanto tiempo a la áridas nomenclaturas de los seres inferiores de la escala zoológica, explicara las enfermedades secretas.

Accedió gustosamente González Gal, y con sencillez y conciencia enseño un tema tan importante para la juventud y tan incomprensiblemente eludido. Siguióse la lección con profundo interés y muchos recordaron con gratitud aquella conferencia que sirvió para iluminar un oscuro pasaje de la vida, cuyo tránsito es ineludible, pero pocos se atreven a servir de guía a los inciertos que a veces aprenden en carne propia lo que sus mayores, por miedo o por falsas vergüenzas, no supieron enseñarles.

 

También el Dr. Baiocco se alejó temporaríamente, ocupando su lugar el Dr. Pruyansly,

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