La barra de los tres golpes

Sucedió que en una división de quinto año protestando por un movimiento de rebeldía, increpó a sus oyentes: "Manga de chiquilines . . . " No pudo seguir. Súbitamente se levantó uno de los aludidos exclamando en tono autoritario: "Doctor, exijo el respeto que merezco por mis 42 años de edad y por ser padre de dos criaturas". El director, que no esperaba semejante reacción, no sabía dónde ocultarse; cuando logró recuperarse, sin levantar los ojos del suelo dijo: "Tratar así a vuestro padre espiritual, que se desvive por vosotros. . . "

Los Caletti fuimos reincorporados; previamente debimos adjuntar al expediente una declaración jurada de este tenor: "Me comprometo en lo futuro a observar buena conducta y contracción al estudio. Mi señor padre garantizará mi comportamiento". Además, un profesor debía responsabilizarse por los reincorporados, teniendo ese noble gesto, cuya valentía resaltaba teniendo en cuenta las circunstancias, los doctores Ventura Morera, por mí, e Imaz, por Oberdan.

Casi un bimestre después de la expulsión, ambos quedamos reincorporados definitivamente, logrando rendir algunas pruebas; pero no pudimos evitar que en varias asignaturas, la calificación fuera cero o desaprobado.

 

 

X

 

eXTReMe Tracker