La barra de los tres golpes

El ambiente general facilitaba la formación de un espíritu especial de efervescencia. Las clases habían principiado en el momento culminante de la lucha electoral para la renovación del Poder Ejecutivo. Los meses de la campaña comicial hasta la asunción de la primera magistratura por el presidente electo, Hipólito Yrigoyen, fueron de entusiasmo popular y de esperanzas infinitas. Alvear concluía su sexenio en una época de bonanza política y económica, con un panorama interno e internacional sereno y tranquilo. Respetábanse las libertades, practicábase la democracia, las pasiones no estaban exacerbadas y no había odios dividiendo al pueblo.

Saliendo de la escuela, formábamos largas caravanas que recorrían a pie por Callao, las seis

cuadras que mediaban hasta la calle Corrientes, en cuya esquina la mayoría tomaba los medios de transporte para el regreso. Las clases comenzaban a las 19,20 y terminaban a las 23.





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