La barra de los tres golpes

Los asistentes al acto seguían huyendo a toda velocidad, perseguidos no sólo por la policía, sino también por autos particulares que atropellaban o bien atrapaban a los fugitivos, introduciéndolos violentamente en el coche. Esos conductores eran afiliados de la "Legión Cívica Argentina" y mientras la gente- volaba atemorizada, advertía: "cuidado con los autos de la 'Legión"'.

Casi media hora permanecimos resguardados en el corralón conversando con el sereno, que noblemente abrió las puertas apenas oyó el tiroteo. Gracias a esa actitud fuímos muchos los salvados de graves contratiempos. Cada recién llegado aportaba nuevas informaciones sobre el ensañamiento policial y de los "legionarios".

Cuando supusimos que había pasado el peligro regresamos a la plaza, ya entonces totalmente ocupada por las fuerzas de seguridad que disolvían en forma instantánea e inútilmente enérgica, a todo grupo que transitaba por las calles cercanas.

Llegamos al centro en lamentable aspecto: sudorosos, jadeantes, cubiertos de polvo. Cuando nos acostamos aún resonaban en nuestros oídos los gritos de entusiasmo, los cánticos, las protestas, sones del clarín.

 

En las elecciones del 8 de noviembre de 1931 triunfó la fórmula Agustín P. Justo-Julio A. Roca, sostenida por partidos de heterogénea concordancia.

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