La barra de los tres golpes

Correspondía la primera hora a matemáticas, a cargo del doctor Zoilo Kohan, hombre de baja estatura, obesidad pronunciada y desgarbado gesto, cuya calva cabeza reluciente parecía haber recibido un trabajoso masaje para aparecer tan brillante; su pronunciación excepcional y la ampulosidad de sus expresiones provocaban incontenibles risotadas.

Su explicación de la operación aritmética adquirió justificada fama. Decía: "Chinco qui ti suma y chinco qui ti resta, si tacha, nulo, pirqui si distroie".

Aquella noche del comienzo de segundo año el Dr. Kohan comenzó dictando su plan, cuya copia cansaba mucho. En una pausa, al advertir que Wainer se reía, volvióse a él diciendo: “mirá che, si ti mi vinís con aire di fistivos, ti echa a la calle pir cinco días".

Cuando tuvo que escribir, colocóse un instante frente al pizarrón: hizo describir a su brazo izquierdo una gran curva; luego, apoyándose sobre ese brazo y sobre una importante parte de su obesidad, hizo dar una vuelta similar al otro.

Si se equivocaba no usaba el borrador. Adoptaba un sistema más práctico: borraba con la manga de su saco. Estos detalles no anulaban, sin embargo, su entusiasmo por la enseñanza.

 

 

 

eXTReMe Tracker