Cuentos Breves - Autito de madera

El padre de Francisco estaba esperando que se iniciara la temporada, mientras tanto, dos o tres veces a la semana salía con los amigos de pesca al mar. Esa mañana saldría con el hijo y su compañero del colegio. Cuando zarparon el día parecía prometedor, el mar estaba tranquilo, apenas soplaba una cálida brisa. Una hora navegando en el bote los había llevado varios kilómetros mar adentro. Lucas, tenía el estómago en la garganta; el balanceo de la embarcación le producía una sensación de mareo, sentía que andaba sobre un piso enjabonado. Pero no quiso alertar al padre se su amigo.

Lanzaron varias veces la carnada, pero con poco éxito, solo picaban peces pequeños. Tras largos intentos de todos, el padre consiguió una presa grande, esta luchaba con mucha fuerza y no se daba por vencida. El hombre le pidió a su hijo que lo sostuviera por el cinto, hacía cuarenta y cinco minutos que intentaba dominar a su captura y no lo conseguía; debido a la oscuridad, no alcanzaba a ver qué tenía en el anzuelo.

La ilusión por un marlín grande los distrajo del temporal que se aproximaba. Una fuerte ráfaga de viento y lluvia comenzó a empaparlos.

La ambición de un trofeo hizo menospreciar al temporal que cada vez era más intenso. Los picos de las olas comenzaron a entrar en el bote, como viejo lobo de mar, no quiso largar su presa.

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