Oliver Twist

Capítulo XXIII

Trata de la agradable conversación que el señor Bumble tuvo con una dama y demuestra que hasta en el pecho de un bedel pueden caber ciertos sentimientos

Era una noche horriblemente fría. La capa espesa de nieve que cubría la tierra habíase convertido en diamantina costra, contra la cual nada podía el recio viento que soplaba, cuya acción únicamente se sentía en las crestas de los montones de nieve acumulados en las cunetas y en las esquinas de las calles. Era una noche lóbrega, heladora, de frío insoportable, una de esas noches en que las personas bien alimentadas y abrigadas se agrupan en torno de la alegre lumbre y bendicen regocijadas a Dios, que les concedió un hogar, en tanto que los desdichados que carecen de pan y de abrigo se tienden rendidos y se duermen a la intemperie para despertar en la eternidad. Son muchos los desheredados, los hambrientos, los criminales, que no tienen más lecho que la calle, en la que cierran los ojos que no han de volver a abrir en este mundo de miserias.



eXTReMe Tracker