Madame Bovary

Capítulo III

Al día siguiente, al despertarse, vio al pasante en la plaza. Emma estaba en bata de casa. León levantó la cabeza y la saludó. Ella hizo una inclinación rápida y volvió a cerrar la ventana.

León esperó durante todo el día a que llegasen las seis de la tarde; pero, al entrar en la posada, no encontró a nadie más que al señor Binet sentado a la mesa.












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