Los trabajos y los días

Jornal convenido con amigo, sea suficiente. Y con un hermano, aunque lo hagas sonriendo, añade un testigo.

Confianzas y desconfianzas pierden lo mismo a los hombres (115).

Que una mujer calipigia (116) no te extravíe razón, con charla lisonjera, buscando solamente tu cabana (117). Quien se fía de una mujer, se fía de ladrones ('118).

Ojalá tengas un solo hijo para alimentar la casa: porque así crecerá la riqueza en los hogares. Y que mueras viejo, dejando a tu hijo heredero en el lar (119).

Mas, si fueran muchos, Zeus puede otorgar fácilmente inmensa fortuna. Si los hijos son más, mayor el cuidado, sí, pero mayor también la ganancia (120).

Si el corazón en tu pecho ansia riqueza, así has de obrar, y cumplir trabajo sobre trabajo.

III. LOS TRABAJOS

1. TRABAJOS AGRÍCOLAS

Cuando las Pléyades, hijas de Atlante, aparezcan, inicia la siega, y la arada cuando se pongan (121). Ellas están, como sabes, cuarenta noches y cuarenta días ocultas, y cuando nuevamente da la vuelta el año, reaparecen por vez primera al afilarse el hierro (122). Tal es, ya lo ves, la ley de los campos, tanto para los que cerca de la mar habitan, como para los que en valles profundos, lejos del voraginoso ponto, en rica tierra moran (123).

eXTReMe Tracker