El Corsario Negro

Generalmente viven en los bosques húmedos y en las orillas de las grandes charcas o de los grandes ríos, especialmente en las márgenes del Plata, del Amazonas y del Orinoco, pues (cosa extraña en los felinos) les gusta mucho el agua.

Los estragos que hacen esas fieras son terribles, porque, dotadas de un apetito fenomenal, atacan indistintamente a todos los seres vivos que encuentran. Los monos no logran escapárseles, pues los jaguares trepan fácilmente a los árboles, lo mismo que si fueran gatos. Las reses bovinas, y los solípedos de las factorías se defienden con los cuernos y a coces; pero casi siempre sucumben con la columna vertebral rota de un solo zarpazo, pues al caer sobre ellos la fiera los embiste dando un gran salto con la rapidez del rayo. Ni las tortugas pueden librarse, a pesar de la resistente coraza que las envuelve. Las poderosas garras de esas bestias feroces perforan hasta el doble caparazón de las tortugas llamadas arruas, y les extraen la carne.

Tienen una aversión profunda a los perros, de cuya carne no gustan; mas, a pesar de eso, solamente por cogerlos se atreven a penetrar en las aldeas, hasta en pleno día.


eXTReMe Tracker