El Mercader de Venecia

ESCENA III

Entran YÉSICA y [LANZAROTE] el gracioso.

YÉSICA

Me apena que dejes a mi padre.

Esta casa es el infierno y tú, diablillo,

le quitabas buena parte de sus males.

Bueno, adiós. Aquí tienes un ducado;

y, Lanzarote, pronto verás a Lorenzo

en la cena, convidado de tu nuevo amo.

Dale esta carta; hazlo con sigilo.

Y ahora, adiós: no quiero que mi padre

me vea hablando contigo.

LANZAROTE

Sale.

YÉSICA

Adiós, buen Lanzarote.— ¡Ay de mí!

¡En qué pecado tan horrendo he caído

que me avergüenza ser hija de mi padre!

Pero, aunque sea hija de su sangre,

no lo soy de su espíritu. ¡Ah, Lorenzo!

Cumple tu promesa y me harás dichosa:

seré cristiana y tu devota esposa.

Sale.

eXTReMe Tracker