El Mercader de Venecia

ESCENA VI

Entran las máscaras, GRACIANO y SALERIO.

GRACIANO

Aquí está el soportal donde Lorenzo

nos pidió que le esperásemos.

SALERIO

Se está retrasando.

GRACIANO

Curioso retraso: los amantes

van siempre por delante del reloj.

SALERIO

Ah, las palomas de Venus[34] son diez veces

más veloces en sellar un pacto de amor

que en cumplir las promesas de fidelidad.

GRACIANO

Así es en todo. ¿Quién sale de un banquete

con tan buen apetito como entró?

¿Qué caballo vuelve a tomar paso

con el brío incontenible del principio?

Las cosas se persiguen con más ánimo

que se disfrutan. Como un muchacho

o hijo pródigo es el barco empavesado

que zarpa de su puerto, acariciado

y abrazado por la lujuria del viento.

Y como hijo pródigo regresa, con el casco

deslucido, las velas desgarradas, flaco, mísero

y saqueado por la lujuria del viento.

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