Hamlet

POLONIO.— [A Guillermo y Ricardo que salen por donde él se va]. Si buscáis al príncipe, vedle ahí.

Escena VIII

Hamlet, Ricardo, Guillermo.

RICARDO.— Buenos días, señor.

GUILLERMO.— Dios guarde a vuestra Alteza.

RICARDO.— Mi venerado príncipe.

HAMLET.— ¡Oh, buenos amigos! ¿Cómo va? ¡Guillermo, Ricardo, guapos mozos! ¿Cómo va? ¿Qué se hace de bueno?

RICARDO.— Nada, señor; pasamos una vida muy indiferente.

GUILLERMO.— Nos creemos felices en no ser demasiado felices. No, no servimos de airón al tocado de la fortuna.

HAMLET.— ¿Ni de suelas a su calzado?

RICARDO.— Ni uno ni otro.

HAMLET.— En tal caso estaréis colocados hacia su cintura: allí es el centro de los favores.

GUILLERMO.— Cierto, como privados suyos.

HAMLET.— Pues allí en lo más oculto… ¡Ah! Decís bien, ella es una prostituta… ¿Qué hay de nuevo?

RICARDO.— Nada, sino que ya los hombres van siendo buenos.

eXTReMe Tracker