La fierecilla domada

¿Qué?, ¿eres tú su padre?

EL PEDAGOGO:

Yo mismo amigo. Al menos tal dice su madre; si es que puede creérsela.

PETRUCHIO: (A Vincentio.)

¡Hola, hola, señor mío! Esto de tomar el nombre de otro es picardía redomada.

EL PEDAGOGO:

¡No soltéis a ese pícaro! Cuando toma mi nombre es porque pretende engañar a alguien en la ciudad. (Entra Biondello.)

BIONDELLO:

Juntos los he visto en la iglesia. ¡Dios les guíe a buen puerto! Pero ¿quién está ahí? ¡Mi anciano señor maese Vincentio! ¡Estamos perdidos! ¡Deshechos!

VINCENTIO:

(Viendo a Biondello.) Acércate aquí, carne de patíbulo.

BIONDELLO:

Espero, señor, tener derecho a elegir mejor destino.

VINCENTIO: (Cogiéndole por el cuello.)

Ven aquí, ¡ganapán! ¿O es que ya me has olvidado?

BIONDELLO:

¿Olvidado? ¡Imposible! Imposible olvidar a quien no se ha visto jamás.

eXTReMe Tracker