Una cámara en casa de Bautista.
(CATALINA, látigo en mano, amenaza con él a BLANCA, que está pegada a la pared con las manos atadas)
BLANCA:
Hermana querida, no me hagas ni te hagas a ti misma la injuria de tratarme como a una sirvienta o a una esclava. Desprecio tales actos. En cuanto a los perendengues, suéltame las manos y yo misma me los quitaré. Sí, me quitaré adornos y baratijas, e incluso el jubón si quieres. Todo cuanto me ordenes lo haré, pues bien sé cuales son mis deberes respecto a mi hermana mayor.
CATALINA:
Entre todos tus galanes, ¿a cuál prefieres? ¡Responde! ¡Te mando que respondas, y cuidado con mentir!
BLANCA:
Puedes creerme, hermana, que entre todos los hombres vivos no he encontrado una cara que me agrade particularmente más que otra.
CATALINA:
¡Mientes, hipocrituela! ¿A que es Hortensio?
BLANCA:
Si sientes afecto hacia él, hermana mía, te juro que haré cuanto me sea posible para que lo consigas para ti.
CATALINA: