Heidi

—Pues porque las estrellas ven como Dios Nuestro Señor todo lo dispone tan bien para los hombres a fin de que nada teman y estén seguros de que todo ha de resultar, al fin, para su bien. Esto les causa mucha alegría. Fíjate como nos hacen señas para que también nosotras estemos contentas. Pero, Clara, nosotras no nos hemos de olvidar de rezar. Hemos de rogar mucho a Dios Nuestro Señor para que no nos olvide cuando lo dispone todo, para que también nosotras podamos estar seguras y no tengamos nada que temer.

Entonces las dos niñas se incorporaron nuevamente en la cama y cada una de ellas dijo la oración de la noche. Después Heidi se echó otra vez, se apoyó sobre un brazo y se durmió instantáneamente. Sólo Clara permaneció largo rato despierta todavía, porque jamás había visto una cosa tan maravillosa como aquel dormitorio alumbrado por la luz de las estrellas, a las cuales no se cansaba de contemplar.






eXTReMe Tracker