-Perfectamente, Harry, no te pregunto más. Pongámonos en camino que tengo apuro por hablar con Simon Ford..., pero dime, ¿dónde viven ahora?
-En la mina.
-¿Cómo? ¿Tu familia no abandonó el viejo yacimiento después que los trabajos cesaron?. . .
-Ni un solo día, señor. Usted conoce a mi padre. ¡Allí nació, y allí quiere morir!
-Lo comprendo perfectamente, Harry. ¡No quiso alejarse! ¿Y ustedes viven con él?
-Sí, señor Starr - repuso el joven minero -. Nos tenemos un profundo afecto, y como nuestras necesidades son muy reducidas... ¡nos hemos arreglado!
-Bueno, Harry - dijo el ingeniero -. ¡En marcha!
Y James Starr, siguiendo al joven, se dirigió a través de las calles de Callander.
Diez minutos más tarde habían abandonado la población.