Los Hijos del Capitán Grant en la América del Sur

-¿Y el curso del Yarou-Dzangho-Tchou?

-¿Y qué? Lo reemplazará por el río Colorado* que también es poco conocido.

-Es verdad, querido lord, hay numerosos errores en lo que se refiere a su curso. ¡Oh! la Sociedad de Geografía, si yo lo hubiera solicitado, me hubiera mandado a la Patagonia lo mismo que a la India, pero...

-Vamos... vamos... señor Paganel, ¿nos acompañará? ¿No es verdad? -dijo lady Elena.

-Señora, ¿y mi misión?

-Le prevengo que pasaremos el estrecho de Magallanes.

- ¡Milord, eso me tienta!

-Y además visitaremos Puerto Hambre*. .

-¡Puerto Hambre! -exclamó el francés francamente tentado.

-Un geógrafo puede ser muy útil a nuestra expedición y así pondrá la ciencia al servicio de la humanidad.

-Deje obrar a la casualidad o, mejor dicho, a la Providencia que lo trajo aquí. Imítenos: la Providencia .nos trajo ese documento y partimos; ahora lo ha puesto a bordo del Duncan, ¡no lo abandone!

-¿Quieren que les diga lo que siento? -respondió entonces Paganel-. Pues que ustedes desean que me quede.

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