Reseña de Cortadores de cabezas
La Compañía se llamaba pomposamente Zodiac Air, pero en realidad sólo se trataba de un par de viejos aviones que, desde una pequeña base en Belanga, cerca de Manila, transportaban pasajeros y carga general a las innumerables islas del Pacífico.
Los propietarios de la Zodiac Air eran un par de expertos pilotos llamados Alan Gilmore y Pierre Lacroix. Su amistad era tan grande que quienes les conocían les llamaban «los hermanos».
En efecto, la amistad entre Alan y Pierre se remontaba a muchos años, a los años de la guerra de Vietnam, incluso antes. A los años de penalidades y de estrecheces, de sufrimientos y de hambre. Y todo eso lo habían padecido los dos juntos, espalda contra espalda.