Michael, el primogénito de los Warren, ha sido educado dentro de una férrea disciplina paterna para convertirlo en un hombre de negocios capaz de continuar el legado familiar. Él cree que su vida no tiene sentido y se siente vacío por dentro. Una noche decide desaparecer dejando a su familia y a su novia para ir en busca del mar y perseguir la idea que su abuelo Jack se ha encargado de inculcarle desde niño. Su destino se encuentra en Desert Island, al norte de Estados Unidos, en el entorno del Parque Nacional de Acadia. La suerte lo lleva a un hotel donde conoce a Cal, un viejo que le ofrece trabajar como camarero y un lugar donde vivir gratis. Sarah es una joven que siempre ha sabido dirigir su vida. Víctima en la adolescencia de un ataque de carácter sexual por parte del novio de su madre, vive sola desde entonces, apenas tiene amigos y se mantiene gracias a la ayuda de los vecinos del pueblo y de Cal, que la contrata en el hotel para que pueda costearse sus estudios. Michael y Sarah iniciarán una bonita relación de amistad que dará paso a sentimientos mucho más profundos.