?Efectivamente, hoy es un dÃa señalado ?concedió Bill Lorenz contemplando con fijeza la brillante punta de su cigarrillo. ?¿Señalado has dicho? ¡Mucho más que señalado! ¡Hoy es el dÃa más grande que ha tenido la civilización! El que en términos tan entusiastas se habÃa expresado era un individuo canijo, de tez arrugada y ojos de mirada penetrante cuya edad oscilarÃa entre los cuarenta y cincuenta años. Al igual que todos los congregados en aquella reunión, vestÃa traje de etiqueta. Bill clavó en él su vista con expresión afirmativa.