Ursula Welman se dio unos toquecitos de esencia en las orejas. Se miró en el espejo y éste le devolvió su imagen. TenÃa veintitrés años y era bonita y hermosa. Y aquella noche, justamente, le interesaba estar más bonita y hermosa que nunca, porque Pat Francis le pedirÃa que fuese su esposa. No se trataba de un presentimiento, sino de una seguridad. Era su intuición femenina la que le advertÃa, de que habÃa llegado aquel momento. HabÃa estado saliendo durante un par de meses con Pat Francis. Y él fue siempre con ella galante y correcto. HabÃan sostenido largas conversaciones sobre los más variados temas, y ambos se fueron dando cuenta de que tenÃan muchos puntos de contacto.