Reseña de La fábrica de hombres y otros relatos
Los cuentos de Oskar Panizza, deudores de la tradiciĂłn romántica alemana, siguen la estela de su admirado E.T.A. Hoffmann y del omnipresente Edgar Allan Poe. Suponen una de las contribuciones más admirables que hayan dado las letras germánicas a la literatura fantástica. Dotado de un finĂsimo sentido del humor ?tendente a lo sarcástico?, un marcado acento anticlerical y un excelso domino de la psique humana, sus historias son agudas, divertidas e inquietantes. Panizza juega con el lector narrando siempre en primera persona (como Poe, Maupassant o Hoffmann), insertando elementos «ambiguos» o «alucinatorios» en la percepciĂłn del protagonista que conducen irremisiblemente a la escisiĂłn de lo real. La locura es el fantasma de una condena interior, un espanto del que no es posible huir. Asistimos a una pugna permanente entre el mundo Ăntimo (lleno de colorido) y el universo social (gris), tal como refleja en «Fritz CorsĂ©s». Panizza se muestra siempre crĂtico con la decadencia moral del hombre, idea que expone en relatos como el impactante «La posada de la Trinidad» (una especie de versiĂłn corta de «El concilio del amor») o su anticipatorio «La fábrica de hombres», que además de una honda reflexiĂłn Ă©tica, supone su incursiĂłn en el campo de la ciencia ficciĂłn.