Es una de las últimas novelas de Galdós, alejada del estilo decimonónico finisecular tan presente en el autor en otras obras como la paradigmática y aclamada Fortunata y Jacinta (1887), y, al propio tiempo, una de las menos leÃdas. En términos generales, la crÃtica despacha El caballero encantado en escasos y apresurados juicios, relegándola asà a una preteridad sin duda injusta. Si buscamos opiniones acerca de esta obra nos encontraremos con que de ella se ha dicho que muestra un declive estilÃstico y creador por parte de su autor, una absurda mescolanza de realismo y de incoherente fantasÃa, un radicalismo senil? Se trata de una novela, en fin, que no ha podido ser incluida dentro del marco habitual del realismo, y se trata también y muy especialmente de una novela polÃtica y social, de serias implicaciones noventayochistas. Es, en verdad, una novela olvidada.
Galdós introduce una estética más cercana a los movimientos que en esa época se desarrollaban en España, el Modernismo y la Generación del 98. Incluye asà mismo capÃtulos netamente teatrales (ya habÃa incluido capÃtulos de estilo teatral en obras como El doctor Centeno o Tormento), y accede al mundo onÃrico. Combina, por tanto, elementos de la modernidad e incluso elementos de lo real-maravilloso.
La novela es una crÃtica a la sociedad rural caciquista, desarrollándose en su mayorÃa en Soria. A diferencia de otros autores de la época como Antonio Machado (pero al igual que otros como RosalÃa de Castro) se hace una profunda crÃtica de Castilla y su decadencia. Don Carlos de Tarsis y Suárez de Almondar, marqués de Mudarra y conde de Zorita de los Canes, terrateniente y oligarca, mantiene su tren de vida y ocios gracias a la explotación de los campesinos. Un extraño personaje, La Madre (ClÃo, España), lo transforma, precisamente, en jornalero miserable, y le hace peregrinar por Castilla la Vieja, en busca de su propia purificación y de su enamorada, la maestra Cintia. Desencantado y regenerado, Carlos-Gil, unido a su amante, luchará por desencantar y regenerar el paÃs todo. Dentro de este esquema, Galdós va a pasar revista a las diversas clases que constituyen la sociedad española, clases que aparecen claramente delimitadas y caracterizadas.
Se escribió en el contexto de la Crisis del 98 y la Semana trágica de Barcelona, lo que explica el creciente reflejo de sus preocupaciones polÃticas, sociales y estéticas. En la obra, precursora en ciertos aspectos de Luces de Bohemia, se habla de la esperanza de un mundo español e hispanoamericano formado por reinos descoronados en el que no existirá «ni tuyo ni mÃo».
Por todo esto, es una de las novelas más vanguardistas e interesantes de Galdós, pero también una de las más desconocidas, debido su lejanÃa a la estética general del autor. Leyéndola se verá que no es, como se ha dicho, ni «un curioso capricho de Galdós» ni tampoco su «último sueño romántico».
Se ha mantenido el sistema de comillas, tildes, asà como otros usos ortográficos utilizados en la 1.ª edición, de 1909, de la cual se ha partido para esta edición digital.