Claire ha esperado por algo más de siete años la oportunidad para calificar y así lograr ascender al máximo escalafón al que puede aspirar como analista de inversiones en la Howard Hamilton Financial Advisors of New York. Aquel día se jugaba su futuro laboral y el nerviosismo y su ansiedad le estaban jugando en contra. Para mal de males, de pronto surgió un competidor que, además de ser hombre, se perfila como un escollo difícil de sortear. Es inmensamente atractivo y un eximio profesional para captar inversiones pero además, en los pasillos de la empresa, se han corrido versiones sobre sus capacidades para lograr resultados, especialmente entre el público femenino, hecho que no escapa a los oídos de Claire. Pero ella persigue un único objetivo y aunque trastabilla cada vez que él se aproxima, sabe que no debe caer en la tentación ni dejarse atrapar por la telaraña que él teje en cada rincón de la empresa. Pronto, la competencia entre ellos va ganando intensidad hasta convertirse en una contienda con golpes bajos e involucrando a terceros en la disputa. La venganza aparece como única opción y la sangre derramada confirma que ahora, la muerte se viste de mujer.